La iluminación de la casa es un elemento del diseño de interiores al que a menudo no se presta la debida atención.
Se tienen en cuenta los materiales para los suelos, techo y paredes, la distribución de espacios y muebles, los colores, y a veces se pasa por alto la posición de los focos y las lámparas, y el modo como se van a iluminar los distintos espacios.
Necesitamos una buena iluminación en todos los espacios de la vivienda: en la cocina, en el salón, en el baño, en las habitaciones. Y en los espacios donde no llega la luz natural y que normalmente son de paso, como pasillos, baños o el recibidor, necesitamos disponer de buenos puntos de iluminación artificial.
Somos seres fundamentalmente visuales, y por eso la iluminación de la casa es tan importante, para poder realizar nuestras actividades sin perjuicios para nuestra salud. La iluminación además cumple una función decorativa nada desdeñable, al distribuir las luces y sombras, destacando y ocultando espacios y objetos.
Tipo de iluminación
Al hablar de la iluminación de la casa nos estamos refiriendo al menos a cuatro tipos de luz:
- La iluminación natural. Es la luz del sol y el modo como se distribuye y accede a los distintos espacios de la vivienda.
- La iluminación general. Es la iluminación principal de cada ambiente de la casa: la cocina, el salón, las habitaciones, los baños, etc.
- La iluminación localizada. Está constituida por puntos de iluminación que cumplen funciones específicas: las lámparas de lectura en el salón y las habitaciones; la luz que se utiliza para cocinar; la luz en el baño que empleamos para distintas actividades junto al lavabo, la luz que ilumina el espejo del pasillo para poder contemplarnos o para potenciar la claridad, etc.
- La iluminación decorativa. Es la que utilizamos para destacar determinados elementos en nuestra casa: una pintura, una escultura, una mesa con figuras artísticas, etc.
La iluminación de la casa como necesidad
¿Por qué se necesita una buena iluminación en casa? Porque una iluminación que no sea la correcta puede causar fatiga visual (y ocasionales problemas en la vista), cansancio, estrés y desánimo, entre otros inconvenientes. También puede generar problemas musculares y eventuales enfermedades cardiovasculares.
La vivienda debe aprovechar la iluminación natural al máximo, para reducir el gasto en electricidad, pero también para hacernos sentir mejor.
Asimismo, necesitamos espacios que puedan volverse oscuros con facilidad, como las habitaciones, para favorecer el sueño. Está comprobado que al disminuir la iluminación nuestro cuerpo produce melatonina, una hormona que, entre otras funciones, estimula el sueño.
La iluminación de la casa como elemento decorativo
Además de su funcionalidad, una buena iluminación, natural y artificial, puede hacer del diseño interior un lugar muy hermoso, o un espacio muy sombrío. Saber distribuir la luz natural puede hacer que los espacios se vean más amplios y hacer más agradables los distintos ambientes.
Las lámparas de por sí son un elemento decorativo al que hay que prestar atención, y puedes encontrar en tiendas virtuales y presenciales, modelos y diseños para todos los gustos.
La colocación de las lámparas puede servir para destacar o hacer visibles las piezas y objetos que te parezcan más relevantes o bellos. Y el mismo juego de luces y sombras puede convertirse en otro de los elementos del diseño interior.
El tipo de iluminación que utilices (luz cálida o luz fría, intensa o débil) va a generar distintas atmósferas, desde más o menos íntimas hasta festivas o claramente pensadas para trabajar, como la luz blanca en la cocina.
Recomendaciones para tener una buena iluminación
- No coloques muebles u otra clase de obstáculo que impida el paso de la luz natural a través de las ventanas, a menos que esto pueda quitarte privacidad. En ese caso, bloquea la vista hacia el interior, de manera que pase la mayor cantidad de luz (con visillos o estores, por ejemplo).
- Utiliza luz general y localizada en los principales ambientes: cocina, salón, baño, habitaciones. Deja luz general en el espacio para lavar la ropa, y luz localizada, o de alcance limitado, en el recibidor, en los pasillos y otros espacios que son de paso o de transición.
- Prueba colocar en el comedor la luz general justo encima de la mesa, para iluminar mejor este espacio de reunión.
- Utiliza luz blanca en espacios como la cocina o el baño, pues permite ver de manera más clara y precisa los objetos.
- Utiliza luz amarilla en las habitaciones y el salón, pues es una luz más cálida. Y puedes colocar estratégicamente lámparas para leer y para ver con más detalle.
